El otro día nos llamó un cliente porque tenía en su vivienda un panal de abejas. Realmente no sabía si eran avispas o abejas por lo que en esta publicación además de explicaros la importancia de las abejas en la agricultura y en la diversidad vegetal, os vamos a explicar unas diferencias clave para poder diferenciar las avispas de las abejas.
Las abejas no sólo tienen su importancia en la producción de miel, cera o jalea real sino que desarrollan un papel fundamental en la polinización de la mayoría de cultivos de frutas, vegetales y hortalizas.
¿Y qué es la polinización?
La polinización es el proceso de transferencia del polen desde los estambres (parte masculina) hasta la estigma (parte femenina) para fecundar los óvulos de la flor y hacer posible la producción de semillas y frutos. Para que se produzca la polinización necesitamos vectores de polinización y aquí es dónde adquieren protagonismo las abejas. Además de las abejas, también hay otros vectores cómo pueden ser aves, murciélagos, el viento, el agua etc. pero la tercera parte de la producción de alimentos se lo debemos a ellas. Es por ello que desde tiempos egipcios, es habitual instalar colmenas en los huertos frutales.
La Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO) dice que hay 100 especies de cultivos que proporcionan el 90% de los alimentos en todo el mundo y el 71% de ellos se polinizan con abejas. En la Unión Europea, gracias a la polinización, el 84% de los cultivos producen la fruta y verdura que llegan hoy a nuestros mercados.
¿Cuál es el problema con el que nos encontramos?
Estudios científicos recientes nos informan en que actualmente hemos perdido un 30% de abejas en Europa y esto es debido al uso de determinados pesticidas en los cultivos y por el daño medio ambiental que el hombre está causando. La contaminación del aire reduce la potencia de los mensajes químicos que emiten las flores a las abejas y esto afecta a la localización de las flores. Por otro lado, el cambio climático afecta a la cantidad y floración de los árboles y plantas afectando a la calidad y cantidad del néctar.
Es por ello que la responsabilidad de la producción de alimentos es de todos. No sólo se deben de endurecer las leyes sobre plaguicidas que afectan a la biología y función de las abejas, sino que a nivel individual se debe empezar a adoptar medidas sostenibles cómo comprar productos locales prefiriendo productos ecológicos, reducir la basura y la contaminación y elegir empresas de control de plagas que sean respetuosas con el medio ambiente y prefieran emplear técnicas ecológicas para la eliminación de plagas. Y por cómo empezábamos la publicación, nunca queráis eliminar un panal de abejas. Si tenéis un problema de esta dimensión, debéis de avisar a un apicultor para que recoja ese panal y si no conocéis a ninguno siempre podréis llamar a los bomberos, que también se encargan de su recogida.
Por último, os quiero explicar las grandes diferencias visuales para diferenciar una avispa de una abeja.
La primera diferencia se encuentra en el color. Aunque hayan avispas que pueden ser más oscuras, la mayoría son negras o marrón oscuro con franjas de color amarillo brillante. En cambio las abejas son de color pardo, menos oscuro y dorado "no amarillo brillante".
Otra diferencia clara es la cintura. ¿Nunca has oído hablar de tiene "cintura de avispa"? Las avispas tienen una cintura muy estrecha que separa el tórax del abdomen. Sin embargo, las abejas no poseen esa cintura.
Otra diferencia muy visual es que las abejas presentan unos pelillos de queratina en el tórax, abdomen, patas y cara, sin embargo las avispas no disponen de esos pelillos.
Hay muchas más diferencias a nivel microscópico y funcional pero con esas tres diferencias tan claras y visibles siempre podréis identificar qué tipo de himenóptero tenéis en casa.